El error común que hay que evitar con los amortiguadores del auto

Los amortiguadores son responsables de la dirección, el frenado y la estabilidad de nuestro auto. Como su nombre lo indica, reducen el nivel de rebote al conducir por terrenos ásperos, cuando accidentalmente caemos en un bache o encontramos cualquier desperfecto en la ruta.

Se cree que estas pequeñas piezas tienen un tiempo de vida de 65.000 kilómetros y utilizarlas en mal estado podría suponer un peligro para el conductor. Pero, ¿cómo saber si es momento de cambiarlas?

El método más confiable para determinar el cambio de los amortiguadores consiste en una revisión mecánica. Sin embargo, también es posible apoyarse en ciertas señales que hacen evidente el desgaste.

¿Qué amortiguadores se cambian primero?

De acuerdo con Mazda, los amortiguadores son imprescindibles para mantener la alineación de las ruedas, reducen el desgaste prematuro en los neumáticos, controlan el movimiento de la carrocería y ayudan a frenar de manera uniforme.

Se encuentran adheridos al sistema de suspensión y conectan con un conjunto de piezas (pistón o vástago, cilindro, tubo doble, válvula de pistón y válvula de base) que comprimen y expanden los movimientos del auto.

Para que te des una idea de qué tan importantes son, en cada kilómetro se registran cerca de 1750 impactos. Prácticamente se podría decir que los amortiguadores soportan la mayoría de los golpes que recibe un vehículo y por eso su tiempo de vida es menor que el resto de componentes.

Cambiarlos es una buena inversión. Para empezar, se recomienda renovarlos por ejes (trasero o delantero), lo cual garantiza un desempeño parejo y a futuro va a permitir medir el desgaste. Nunca se deben cambiar en ejes distintos.

¿Cómo saber si los amortiguadores no sirven?

Una vez superados los 65.000 kilómetros, es normal empezar a notar un desgaste en los amortiguadores. Según Mazda, lo primero que debería tomarse en cuenta es el exceso de rebote en el auto: prestar atención al comportamiento del vehículo a la hora de frenar.

Si el sentimiento es que el auto se ladea o patina, significa que es posible que los amortiguadores ya no sirvan, especialmente durante las curvas porque podría seguirse en recta y desviarte del camino.

Otra síntoma de que están demasiado desgastados tiene que ver con el estado de las llantas. Por lo general, los neumáticos se deterioran de manera uniforme, pero si se acentúa en los extremos o el centro es posible que los amortiguadores necesiten un cambio.

Por otra parte, Bardhal explica que también hay que prestar atención a los ruidos en la suspensión (que se registran al cruzar un tope o bache), el endurecimiento en la dirección del volante y hasta fugas.